Moises Young, el hijo menor de una pareja de clase trabajadora, estaba destinado a ser ingeniero. La destreza de Young en matemáticas y ciencias le llevó a obtener una licenciatura en Ingeniería Civil y un máster en Gestión de Ingeniería, ambos por la Universidad Drexel de Filadelfia, Pensilvania. Este nativo del barrio de Queens es director de proyectos de la empresa de ingeniería AECOM, con 17 años de experiencia en ingeniería centrada en el campo del transporte. Su padre, inmigrante de Panamá, trabajaba en el sector bancario, y su madre, inmigrante de Filipinas, trabajaba como enfermera. Young es miembro activo de la Sociedad de Ingenieros Profesionales Hispanos y de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles. Actualmente reside en Filadelfia con su esposa y sus dos hijos.      

¿Cómo eras de niño? ¿Había algún indicio de que te convertirías en ingeniero civil?

Era un niño muy curioso. Me gustaba desmontar cosas y ver qué tenían dentro. También me gustaba ver diferentes tipos de estructuras. Cada vez que mis padres pasaban por debajo de un puente, yo miraba hacia arriba para ver las diferentes partes. Siempre se me dieron bien las matemáticas y las ciencias, pero no pensé en dedicarme profesionalmente a esas materias hasta más tarde, en el instituto. Fue entonces cuando tuve que pensar realmente en qué iba a estudiar en la universidad. Siempre me gustó el arte, así que tomé clases de arte pensando que me dedicaría a la arquitectura, pero como las matemáticas y las ciencias se me daban bien de forma natural, seguí la ruta de la ingeniería.

¿Cómo fue tu primer trabajo como ingeniero?

Mi primer trabajo fue en la construcción, nada más salir de la universidad. Trabajaba con ingenieros civiles. Me había graduado en ingeniería civil, pero me dedicaba a la inspección de obras. Conseguí el trabajo de la forma tradicional: enviando mi currículum junto con cartas de presentación. Durante mi último año de universidad, estuve al menos nueve meses haciendo entrevistas. Acepté la primera oferta que me hicieron, pero no recomiendo hacerlo. Cuando hablo con los estudiantes hoy en día, les digo: «Si la primera oferta que te hacen no es lo que realmente buscas, no te conformes. Sigue buscando». Hice inspección de obras durante dos años. Por suerte, la empresa para la que trabajaba acabó ofreciéndome una oportunidad en el ámbito de la ingeniería civil y el diseño, así que pude pasarme a ese departamento.

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿Tienes alguna afición?

En mi tiempo libre, me gusta pasar tiempo con mi familia, ya sea haciendo una escapada de fin de semana o relajándome en casa. Solía pinchar como DJ en discotecas, bares, quinceañeras y bodas. Cuando mi carrera progresó, tuve que dejarlo. No podía mantenerme al día con la nueva tecnología de los equipos de DJ, así que ahora solo lo hago como hobby. Solía pinchar música española, hip-hop y reggae.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

El campo de la ingeniería tiene una gran influencia en el mundo. Es increíble ver cómo un edificio en el que he trabajado se convierte en realidad, ya sea que haya participado en la gestión o en el diseño del edificio, la autopista, la estructura o el aeropuerto.

¿Cuál ha sido tu mayor logro hasta ahora? 

Mi mayor logro hasta ahora, y esto ocurrió hace solo dos o tres años, fue ayudar a elaborar una propuesta para ganar un proyecto para un cliente y luego poder gestionar el proyecto con cuatro o seis ingenieros trabajando para mí. Lo mejor es ver al cliente satisfecho y conseguir más trabajo con él.